Sobre el bizcocho de porcelana, aplicamos una de las partes más artísticas de nuestra marca: el decorado, que se aplica, dependiendo del color, bajo y sobre cubierta, es decir, antes y después de vitrificar la pieza. Cada pieza se pinta a mano mediante el uso de plantillas previamente cortadas por nuestros técnicos, una a una.
Los diseños, elaborados por nuestro equipo artístico, siguen patrones tradicionales inspirados en la cultura céltica y atlántica, adaptándolos siempre a nuestro icónico estilo vanguardista que es sello de la casa. No todos los detalles se pueden conseguir con plantillas. Los pinceles de nuestros especialistas terminan el trabajo, añadiendo, retocando, dibujando, llegando a ese grado de perfección, mimo y acabado natural al que no llegan los procesos industriales.
Las piezas delicadas, las ediciones especiales y los detalles más complejos se pintan exclusivamente a mano, sin uso de plantillas. Un proceso minucioso pero necesario en esa búsqueda de excelencia que nos caracteriza.